Un poema transparente, ajeno a mis palabras rebuscadas e intrínsecas, ajeno a cajas torácicas y epidermis, muy lejano a bombeos y pulsaciones térmicas y siderales. Distante a mis venas de metacrilato, cuencas vacias y pulmones de neón. Vacio de retórica y dobles sentidos. Es de lo poquito que he llegado a escribir sencillo y transparente, es lo que es, no siempre debemos de vivir bajo subtexto, o por lo menos debo intentarlo.
Detén el tiempo y grita
Respira locura.
Siente mi mirada.
Detén el tiempo
y grita: ¡Soy carnaza!
Carnaza de hipocresía y pobreza,
de guerras y juegos,
de políticos y falsas riquezas.
Grita por los niños,
por sus llantos
de sin-madre, sida o hambre.
Recuerda almas de revolucionarios y poetas
¿y por qué no? Grita con ellas.
Detén el tiempo
y construye caminos
donde poder romper con manos y pies
opulencia, rencor y urnas opacas.
Grita y mírate al espejo.
Detén el tiempo.
¿Qué ves?. Sonríe.
Sonríe por todo aquello que nunca llegaste a pedir,
y que tu vida, sin más,
Te regaló.
viernes, 12 de febrero de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)